Eliminación de dióxido de carbono procedente de los océanos: desbloquear el potencial para abordar el cambio climático

En nuestra carrera por limitar el calentamiento global y cumplir con los objetivos de cero emisiones netas, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es crucial. Sin embargo, cada vez está más claro que la reducción de emisiones por sí sola no será suficiente para alcanzar los objetivos climáticos necesarios. Para cerrar la brecha, se están explorando técnicas de eliminación de dióxido de carbono (CDR), con un enfoque particular en soluciones basadas en el océano. Este artículo profundiza en el potencial y los desafíos del uso de CDR oceánicas para combatir el cambio climático.

El poder del océano:
La inmensidad del océano lo convierte en un candidato ideal para la eliminación de dióxido de carbono. Con su amplia cobertura del 70% de la superficie de la Tierra, el océano ya ha absorbido aproximadamente el 25% de todas las emisiones humanas de CO2 desde la revolución industrial. Aumentar la velocidad a la que el agua de mar incorpora CO2 puede conducir a una reducción significativa del CO2 atmosférico, eliminando potencialmente más de mil millones de toneladas por año.

Mejora de la alcalinidad oceánica (OAE):
Una técnica prometedora de CDR basada en el océano es la mejora de la alcalinidad oceánica (OAE). Este enfoque tiene como objetivo aumentar el potencial de absorción de CO2 del agua de mar mediante el aumento de su pH. El OAE ofrece ventajas sobre otros métodos, incluida la flexibilidad en la generación de alcalinidad y el potencial para contrarrestar los efectos negativos de la acidificación de los océanos. Sin embargo, aún no se comprenden plenamente los impactos ambientales del aumento de la alcalinidad y la capacidad de monitorear dichos efectos en el océano abierto.

Forestación y deposición marina:
Otra técnica consiste en aumentar la producción y el enterramiento de macroalgas. Las algas marinas como las algas marinas y el sargazo absorben CO2 a través de la fotosíntesis y enterrarlas en ambientes de aguas profundas puede evitar que el carbono vuelva a entrar en los depósitos superficiales. Si bien el cultivo de algas marinas ya es una industria lucrativa, se necesita más investigación para comprender la eficiencia del secuestro y el impacto ambiental de la deposición de carbono en las profundidades oceánicas.

Abordar las lagunas de conocimiento:
Se están explorando otras técnicas de reducción de los conocimientos oceánicas, pero requieren la resolución de lagunas de conocimientos específicas antes de que pueda producirse una aplicación a gran escala. Se necesitan marcos regulatorios y códigos de conducta para minimizar los riesgos ambientales y brindar confianza a los responsables de la formulación de políticas y los inversores. La investigación colaborativa y el compromiso son esenciales para garantizar el desarrollo inclusivo y responsable de la reducción de los derechos de reconstrucción y desarrollo oceánicos.

El proyecto SEAO2-CDR:
Estrategias para la Evaluación y Valoración de la Eliminación de Dióxido de Carbono en los Océanos (SEAO2-CDR) reúne a expertos de múltiples sectores para desarrollar mecanismos, herramientas y directrices para el despliegue responsable de técnicas de CDR basadas en los océanos. El proyecto se centra en la comprensión de los límites del sistema, el establecimiento de marcos y la evaluación de los efectos a nivel del sistema.

Conclusión:
A medida que nos esforzamos por cumplir los objetivos climáticos mundiales, será crucial contar con una cartera de enfoques de reducción de los recursos genéticos, incluidas las soluciones basadas en los océanos. El océano tiene el potencial de desempeñar un papel importante en la eliminación de dióxido de carbono, pero se necesita una administración cuidadosa, colaboración y más investigación para garantizar la implementación segura, socialmente aceptable y económicamente viable de las técnicas de CDR basadas en el océano.